Es para mi de gran agrado, tocar un tema tan interesante y que por mucho tiempo ha sido motivo de gran cavilación, debido a que en cada momento nos estamos enfrentando a la terrible elección de escoger entre ganar o perder en la vida diaria y lo que es peor sacrificar una amistad o simplemente sentir que has hecho algo que va en contra de tus principios o de tu talante, sobre todo porque ha hecho carrera en los negocios y en la misma vida cotidiana, la praxis de ganar a costa de cualquier cosa pasando inclusive por encima del que sea necesario utilizando todos los medios posibles y al final un ganador y un perdedor resentido, con la aprobación tacita y complaciente de una sociedad estoica y con doble moral que estimula una contradicción total entre el pensar, decir y actuar, produciendo una grave inversión dentro de la escala axiológica en nuestro país. Lo anterior conlleva a fenómenos tan dolorosos como la espiral de violencia en la que vivimos actualmente por el simple hecho de no poder resolver los conflictos de una manera adecuada, perdurable y sin resentimiento, sobretodo porque nuestra historia cercana y lejana se yerguen como verdaderos tratados de “cómo no se resuelven los conflictos “ y pese a lo anterior seguimos repitiendo inexorablemente la misma historia sin detenernos a pensar lo que nosotros como seres humanos pensantes, podremos hacer frente al momento histórico que vivimos, influenciándolo positivamente para recrear y crear una sociedad mas armónica, capaz de superar la tara histórica de la violencia fratricida que a mi modo de pensar sólo se resolvería si partimos desde la misma etiología del problema , que es la esencia del ser humano como la célula principal y pluripotencial del tejido social, de su psique y de su relación con los semejantes y con Dios.
En lo relacionado a mi vida personal siempre he tenido una buena relación con mis semejantes gracias a la formación impartida desde el hogar, haciéndole honor a la regla de oro en las relaciones humanas “ No hagas con otro lo que no quieras que hagan contigo” y también una sana, progresiva y sostenida relación con Dios que permitió que a muy temprana edad fuera descubriendo mi vocación de servicio, encontrando en la profesión de médico una gran excusa para el desarrollo de mi ser social y de esta manera poder desde esta perspectiva escudriñar sobre las bases científicas, misterios del cuerpo y mente humana que hicieron aún mas ameno mi paso por el alma máter. Paralelamente a lo anterior fue la interacción con mis semejantes, la que a la postre fue dándole forma a mi marco de referencia filosófico y la que fue abriendo mi mente y espíritu a la comprensión de la complejidad del ser humano, capaz desde él mismo, de producir el acto de desprendimiento y amor más grande pero también la acción más execrable de el mismo, como lo es atentar contra la vida de otro. Por lo anterior es que me aviento en esta nueva aventura, en este nuevo reto que implica un gran compromiso intelectual y espiritual como es el de hacer que las interacciones entre nosotros mismos, no importando el ámbito sean mejores y podamos civilizadamente y de la manera mas justa posible, llegar a resolver nuestros propios conflictos y los de los demás.
Mi gran encrucijada siempre ha sido, cómo hacer para sobrevivir en un medio tan hostil, cuando sólo cuentas con la firme convicción del “obrar bien”, cuando lo que esta de moda es el culto a la deshonestidad, pero, ¿en dónde quedan los principios? En este aspecto he sido severamente cuestionado por mis amigos y familiares cuando de repente no reacciono de la manera habitual y no respondo una ofensa de la misma manera, ya que mi experiencia y mis referentes espirituales me han indicado que quizás el elemento inicial y determinante es la despersonificación de la agresor, lo que quiere decir que no ataco al que me hizo daño, que en ocasiones pude ser hasta nuestros seres mas queridos (por lo que lo miro con amor y simplemente como el simple vehículo de un ataque), sino que enfoco la acción sobre el hecho mismo y en ese preciso instante me hago la pregunta: ¿Qué bueno está detrás de lo que aparentemente veo como negativo? Me coloco los anteojos para poder filtrar lo positivo del evento, analizando al tiempo bajo la perspectiva del estratega militar, cómo el enemigo se vale de cualquier argucia para hacer que pierda el enfoque de mis objetivos. Lo anterior antecedido muchas veces de un ataque visceral de rabia que casi inmediatamente va precedido del control de la respiración, para así tomar conciencia acerca del conflicto a solucionar.
Otra parte importante en este punto es la posibilidad de ver el problema o el conflicto desde varias perspectivas como lo son la de agredido, la del agresor y como un ser imparcial capaz de ver objetivamente el conflicto por fuera. Cuando estas tres ópticas se miran sobre comunes denominadores, dan como resultado la posición más adecuada para actuar y comprender mejor la situación, pudiendo así de esta manera resolver mejor un conflicto. Por último, observo al evento como un actor con los ojos de historia, evaluando la trascendencia de los mismos acontecimientos en términos de tiempo y en términos de resultados.
Por lo anterior me siento completamente identificado con el marco de referencia integrador como solucionador de conflictos “gana - gana”, con el enfoque estratégico situacional en el cual podemos utilizar la táctica necesaria sin salirnos de nuestro esquema. Además, es bien importante para mí ser muy consecuente con lo que se pienso, digo y hago. Algunas veces encuentro una respuesta a mis antiguas contradicciones como el por qué para ayudar a los demás es necesario primero que fortalecerme uno mismo, o el por qué puedo hacer yo el mejor negocio de mi vida sin aparentemente ganar mucho en ese momento.
Es también importante tener la conciencia de la autodeterminación para romper aquellos paradigmas que nos atan y en vez de estos tener una mente estimulada por la creatividad incesante para buscar nuevas soluciones a los antiguos y nuevos interrogantes que nos deparan en al vida y así poder trascender en nuestro tiempo y espacio, construyendo el futuro que nos merecemos y que se merecen nuestros hijos y todas las generaciones venideras como pueblo trabajador y solidario capaz de revertir con amor cualquier adversidad.
Queda pues en nuestras manos sembrar esa pequeña luz interior en todos nuestros semejantes no importándonos, el color, la raza, ni el lenguaje y no desaprovechando cualquier espacio para crear la conciencia en nuestro radio de acción a toda hora y en todo momento; es pues así como hemos tenido la convicción de darle inicio a la “tertulia caribe “, un espacio generado desde la academia en donde queremos ventilar nuestras realidades y problemáticas, al tiempo que discutimos las formas creativas para salir adelante sobre todo en estos momentos de crisis institucionales. El objetivo es el de convertirnos en un grupo de personas con actitud proactiva, altruista y creativa, que impacte positivamente sobre nuestro entorno, siendo capaces con nuestro comportamiento crear una pedagogía de ecología social que sea capaz de superar todos nuestros conflictos para convertirnos en un pueblo pacifico, próspero y desarrollado.
Amigos:” Desafiemos juntos al destino con nuestra voluntad, creatividad y con nuestra acción, reinventando día a día nuestra triste realidad material en pro de nuestros semejantes; para que nuestras obras reposen en el sitial de los buenos recuerdos, trascendiendo hacia las futuras generaciones, a través de la la pedagogía del ejemplo. No seamos inferiores al reto impuesto por la historia y por la humanidad.”
TEOFILO JOSE RUIZ ARTETA
MARZO DE 2007
